Sí, Padre, porque así te agradó.
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre;y nadie conoce al Hijo, sino el padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas;
porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.